Saturday, July 08, 2006

La vida es un film.


Philip.

Eso es. Bueno, eso, que su libro esté llegando al final, es algo que el novelista no puede evitar, ¿no? Hoy día el final no tiene que ser forzosamente feliz, pero no se puede disimular el hecho de que faltan pocas páginas para que se acabe la narración.

(Hilary y Desirée empiezan a escuchar lo que dice Philip y éste se convierte en el centro de la atención.)

Quiero decir que, mentalmente, sabes que se acaba la novela. cuando te das cuenta de que no te quedan por leer más que una o dos páginas, que pronto vas a tener que cerrar el libro, pero en una película no hay manera de saberlo; especialmente hoy, cuando las películas están estructuradas de una manera más libre, mucho más ambivalentes que antes. No hay manera de saber qué escena será la última. La película continúa exactamente como continúa la vida: la gente va haciendo cosas, bebiendo, hablando y estamos observándolos; y en cualquier momento, que el director elige sin avisar, sin que nada quede resuelto, explicado o concluído, puede, sencillamente...acabar.

(Philip se encoge de hombros. la cámara se detiene, y su imagen queda congelada en la mitad del gesto)

David Lodge, Intercambios, Editorial Anagrama, 2003.

1 Comments:

Blogger in_door said...

¿versión docta de tu final inesper

5:38 PM  

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